Hoy no tenía pensado escribir, pero finalmente me ha resultado imposible evitar haceros un post aunque sea cortito y chiquitito uououo. Y es que sentía la necesidad irrefrenable de confesaros que me he enamorado una vez más de...¡¡OTRO par de zapatos!! Sí, sí, como os lo cuento, el rayo del amor me ha vuelto a alcanzar e incluso a paralizar, me atrevería a decir. Pero es que no es para menos, o si no, juzgad por vosotros mismos, os presento al Jon Kortajarena del calzado (por cierto, un saludo Jon, a ver cuándo volvemos a coincidir):
Charlotte (Olympia), lo siento querida pero, hoy por hoy -me encanta esta expresión que es de folclórica total-, son ellos quienes ocupan mi corazón. Se llaman Golden Goose y son italianos, cómo no.
Ahhhhhhh, es que me encantaaaaaaaaaannnnnnnnn. Y ya, ya sé que no son tacones, ya sé que si una se gasta dinero en zapatos normalmente ha de ser en tacones, ya sé que no los voy a usar mucho, ya sé que en el fondo no me pegan, ya, ya lo sé...pero eso no quita para que me sigan encantando y me cueste quitármelos de la cabeza. Precisamente por eso, venga va, ¡¡que alguien se arranque de una vez por todas!! Que mucha amistad, mucha amistad, pero aquí no suelta prenda ni Blas. Fatal me parece.
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