domingo, 15 de abril de 2012

Pequeños detalles que MARCAN la diferencia

Como lo prometido es deuda, el lunes os dije que esta semana tendríais un mínimo de tres posts y, aunque sea in extremis, voy a cumplir con mi palabra. 

Además, lo haré inaugurando una nueva sección que lleva por título "Pequeños detalles que MARCAN la diferencia". Sección que se me ocurrió desarrollar esta pasada Semana Santa cuando estaba en Santander y un día cualquiera decidí tomarme un café en casa de mis padres. Ese simple café, preparado con cariño y un mínimo de gusto, me trajo a la cabeza un pensamiento bastante recurrente en el que coincidimos la mayor parte de mis amigas, familia...Y no es otro que el de estar convencidos de que cualquier cosa hecha con delicadeza y cuidado siempre resulta mejor. 




En este sentido, no me vale eso de "no tengo tiempo" o "si total da igual" o, lo que es peor, "es que claro, esas pijadas salen carísimas" como justificación para ser menos detallista porque es un discurso muy fácil y además no es verdad. Toda persona sólo un mínimo de ganas e interés puede hacer que algo se convierta en más especial simplemente prestando atención a esos pequeños detalles que, como decía, MARCAN la diferencia y no tienen por qué ser costosos.  

Por empezar lo dejo ahí, en ese café. Pero, a partir de ahora, dentro de esta sección tendrán cabida un montón de cosas, pues la idea no es sólo aplicable a momentos gastronómicos, sino casi a cualquier situación a la que te enfrentas en la vida...De hecho, ahora que lo pienso, creo firmemente que es más bien una actitud ante ella. Una suerte de oda a lo "no práctico" o reivindicación de lo tradicional que, como todo lo que escribo, espero que os guste. ¡Arriba el hilo en los manteles!

Y vosotros, ¿qué pensáis?, ¿os merece la pena dedicar un segundo a cuidar este tipo de detalles o preferís ir directamente a lo práctico?


No hay comentarios:

Publicar un comentario