¿?¿?¿?

¿Por qué? Es la pregunta que llevo haciéndome desde que, hace ya unos cuantos meses, me planteé comenzar este blog y para la que, hasta el momento, no he logrado encontrar respuesta.

Pero, ¿realmente es necesario tener un motivo? Al final me he dado cuenta de que posiblemente no. O, mejor dicho, no si -como es mi caso- no hay pretensión alguna de salto a la fama a partir de esta aventura. Hooooombre, como buena folclórica frustrada que soy, no os voy a decir que si el día de mañana pongamos que por ejemplo, por ejemplo, el mismísimo Karl Lagerfeld me invitase al front row de sus desfiles para la Maison Chanel le fuese a decir así como con boquita de piñón: "no mire señor Kaiser, muchas gracias pero es que yo no tenía intención de llegar tan lejos, ofrézcaselo mejor a Paula Echevarría que es un icono de estilo en España...". Tampoco es eso, ya nos entendemos...

A lo que me refiero es a que, al menos de momento, mientras nos sirva para intercambiar impresiones sobre el bien y el mal, lo divino y lo humano, Chayo Mohedano o Alice Dellal y poder echarnos unas risas, ya habrá merecido la pena.

Con respecto al contenido, siendo fiel al título y un poco a mí misma, este blog va a ser una suerte de amalgama de sensaciones y frescor en la piel sin demasiado orden ni concierto aunque sí con un común denominador: serán todos temas que, por una razón u otra, en ese momento me interesan. Es decir, que lo mismo os hablaré de la última novela de Amélie Nothomb (muy recomendable, por cierto), que de mi diseñador fetiche de turno (as of today Mary Katrantzou), o introduciré a debate el último outfit de mi admirada Chayo Mohedano en esa obra maestra de la televisión del siglo XXI que es QTTF (un beso para ti, Chayo)...Sí Bea, sí, también Paula tendrá su cabida, tiempo al tiempo...

Así que nada, tras este pequeño (o no) preámbulo, es un placer para mí presentaros la primera entrega de "Chaos by Numbers - Reflexiones de una tonadillera (frustrada) del siglo XXI".

Como dice en las etiquetitas modelo pergamino dorado con brilli-brilli que todo paquete de regalo que se precie debe contener: "deseo que te guste".